“On fait tourner la roue...”

..y al final en estos días vemos como efectivamente la rueda termina por cerrarse.

Ayer visitábamos la feria de mieles, que fue uno de los primeros fines de semana que pasamos tranquilos, con la casa ya mas o menos preparada, después de la locura que significa establecerse en un país nuevo.

Una rueda de 4 estaciones que confirman el doble carácter de Lyón: Invierno alpino de Isère y Saboya, de cremas de potimarrón, de fachadas de madera, de frío.. verano mediterráneo de Drôme y Provenza, de vino blanco, y legumbres frescas, de fachadas de piedra dorada y contraventanas azules; mientras que la Primavera y el Otoño se dejan caer a un lado o a otro dependiendo si el Ródano trae el viento del mar, o si viene lechoso de los glaciares que aquí arriba derriten.

La rueda ha dado la vuelta y nos deja un montón de experiencias, inquietudes, de dudas y sabidurías, un montón de definiciones de la Francia, que demostró desde el primer momento su belleza, sus contrastes, su cultura, y humanamente sus inseguridades y problemas.

Con el trasiego de los preparativos del regreso, casi no da tiempo en reparar lo que dejas, aunque ya se empieza a anotar lo que se echará de menos, que se deja ver como un buen fin, o un buen comienzo... de otra rueda que empieza a girar !